En el plano más profundo del mundo natural, encontramos el campo cuántico. Se considera hasta ahora que el cuanto es la unidad más pequeña de luz, electricidad u otra energía que pueda existir. En ese nivel no hay materia sólida sino que son meras vibraciones de energía que han tomado cierto aspecto de solidez.
La física cuántica demostró que todo lo que vemos está conectado por infinitos, eternos, ilimitados campos cuánticos, una especie de red invisible en la cual está entrelazada toda la creación, y los límites de cada objeto son ilusiones que nos impone nuestra limitada percepción.
Einstein trabajó en la teoría del campo unificado, sosteniendo la idea de un universo totalmente relacionado, pero todavía no se ha logrado demostrar con una única fórmula matemática toda la realidad del cosmos.
David Bohm, eminente hombre de ciencia en el campo de la física, mantiene su postura sobre la existencia de un orden implicado presente en todos los seres vivos y las cosas.
Rupert Shaldrake, biólogo inglés, partiendo de los conceptos de campos morfogenéticos y resonancia mórfica, trata de explicar el proceso en que los organismos se forman por influencia de campos mórficos similares del pasado y cómo el conocimiento se transmite en forma instantánea entre miembros de una misma especie.
Estos descubrimientos e investigaciones produjeron un inevitable cambio en la visión del mundo y en la conciencia, porque permite a la mente captar la verdadera dimensión de si mismo, no sólo como un cuerpo en el espacio y el tiempo sino como alguien que forma parte de algo mayor, inteligente y con poder organizador.
Existen distintas formas de conectarse con este campo unificado; una de ellas es por medio del sonido. El sonido de nuestra voz, que representa una vibración, es capaz de ordenar los desequilibrios energéticos de nuestro cuerpo. El canto por ejemplo, es una vibración, así como la oración o la repetición de un mantra, todas ellas, expresiones que tienden a restablecer el equilibrio.
No es correcto que nos consideremos organismos aislados en el tiempo y en el espacio, más bien cada uno es como una célula de todo el Universo, con derecho a participar del perfecto equilibrio cósmico, incluida la salud perfecta, porque dentro de cada uno de nosotros se encuentra la sabiduría cósmica.
Para la conciencia del hombre actual, la enfermedad no es una necesidad, sino una elección. La gran mayoría de las dolencias son creaciones del hombre; por lo tanto, todo lo que el hombre ha creado puede él mismo destruirlo.
Recién cuando la humanidad pueda darse cuenta de que somos únicos e irrepetibles y de la importancia que tiene cada uno de nosotros para continuar con la creación, el mundo podrá dejar de ser lo que es para convertirse en lugar digno de compartir
A CONTINUACION SE A MAYOR DETALLE LA RELACION Y EL EFECTO QUE TIENE LA FISICA CUANTICA CON LA PSICOLOGIA :
Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad ? “La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿y tú qué sabes?”. En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas “péptidos”, pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi , dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico: “hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…”
En el momento en que sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos, liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta eléctrica que provoca cada metalismo, conectando las neuronas a través de las “fisuras sinápticas”.
Cada célula tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados y profesora en la universidad de medicina de Georgetown, lo explica así: “Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula”.
Nuestro cerebro crea estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a “recibir” cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos “algo” en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento-objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el ámbito de la psicología como “fobia” o “miedo”.
Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo inconsciente es “engañar” a nuestras células con otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, “distrayéndonos” del miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos conectará, inevitablemente, con la “solución”, es decir, con la adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego, sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.
La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje a la liberación”. Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.
Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”. Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuestos de millones de átomos.
Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.
RELACION CON EL MEDIO AMBIENTE
Los sorprendentes experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. “Armado” de un potente microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como “Amor” o “Te odio”, encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos.
Por último, probó a colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías.
La explicación biológica a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas
Hace treinta años se empleó por primera vez, de manera formal, el término Desarrollo Sustentable (DS) en el informe producido por el Club de Roma, denominado Los límites del crecimiento (Meadows, Meadows & Randers, 1972). Dicho informe advertía sobre la amenaza del agotamiento de los recursos naturales en virtud del manejo de un modelo de desarrollo basado en la producción y consumo indefinidos de bienes.
Ese mismo año se realizó en Estocolmo, Suecia,la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano, de la cual se derivó el documento Una sola Tierra.
Ambos eventos marcaron un hito en la evolución del modelo de DS.
Hoy en día, el impacto de aquellos planteamientos iniciales ha crecido sustancialmente, al punto que podemos afirmar que no existe ámbito ajeno a los mismos y que las sucesivas cumbres y reuniones internacionales realizadas en torno al tema los han nutrido y complejizado. Ejemplo de ello son las 300 definiciones que hoy en día existen sobre el término (Gouveia, 2002).
Tambiénla Psicología Ambiental (PA) tiene aproximadamente treinta años de edad y a pesar de esta coincidencia cronológica, es reciente el interés sistemático de esta disciplina por el tema del DS.
Ese mismo año se realizó en Estocolmo, Suecia,
Ambos eventos marcaron un hito en la evolución del modelo de DS.
Hoy en día, el impacto de aquellos planteamientos iniciales ha crecido sustancialmente, al punto que podemos afirmar que no existe ámbito ajeno a los mismos y que las sucesivas cumbres y reuniones internacionales realizadas en torno al tema los han nutrido y complejizado. Ejemplo de ello son las 300 definiciones que hoy en día existen sobre el término (Gouveia, 2002).
También
El medio ambiente constituye hoy en día uno de los campos de estudio interdisciplinario que ha venido recibiendo una atención priorizada de parte de la comunidad científica mundial.
La Psicología Ambiental constituye un área de desarrollo relativamente reciente de
A la Psicología Ambiental le interesa la influencia que el medio ejerce sobre el comportamiento humano, e igualmente como este influye sobre el medio físico y socio cultural que le sirve como hábitat.
En el párrafo anterior de manera deliberada nos hemos referido tanto al medio o ambiente físico, foco principalísimo de atención de la Psicología Ambiental , como también al ambiente socio-cultural, tomando en consideración la importancia y efectos que sobre los individuos tienen los entornos humanos o escenarios en los que estos se desempeñan.
Para lo anterior, resulta de gran importancia la identificación de las percepciones, conocimientos y actitudes ambientales de los sujetos.
La percepción del ambiente es un proceso que se produce en las personas a partir de las cualidades más significativas de este, como son: la novedad, la complejidad y la sorpresa e incongruencia, los que se incorporan a partir de actividades de exploración, selección, clasificación y comparación de diferentes estímulos que posibilitan la orientación y desarrollo de estrategias adaptativas necesarias para satisfacer las demandas y necesidades de la vida cotidiana.
Los conocimientos ambientales, se relacionan con aquellos elementos que el sujeto retiene acerca de un entorno físico determinado y que constituyen los nombrados mapas cognitivos. Estos mapas se construyen a partir de las imágenes de los datos sensoriales de dicho ambiente que el individuo ha asociado con este por sus características diferenciales, sus símbolos, su estilo de vida, sus sentidos, etc. para el mismo.
Las actitudes ambientales constituyen los juicios, sentimientos y pautas de reacción favorables o desfavorables que un sujeto manifiesta hacia un hábitat o ambiente determinado y que condicionan sus comportamientos dirigidos a la conservación o degradación del ambiente en cualesquiera de sus manifestaciones.
Estos aspectos resultan de gran importancia tanto para el diseño de diversos contextos físicos y sociales, como para la proyección y ejecución de programas de protección del ambiente.
Diversos estudios han mostrado las influencias que el ambiente ejerce sobre el rendimiento humano (trabajo, estudio, etc.) las actividades físicas (operar máquinas), operaciones mentales (concentración, recuerdo, percepción, etc.) y las interacciones sociales interpersonales y de grupos. Entre los distintos factores del ambiente que provocan las influencias antes señaladas tenemos:
Clima (temperatura, humedad, etc.)
Espacio disponible.
Decoración.
Color e iluminación.
Ruidos.
Contaminación: aire y agua.
Situaciones sociales (hacinamiento, sobrecarga de información, aglomeraciones, carencia de privacidad, etc.).
Cuando la exposición a estos agentes externos provoca sobre-estimulación en los sujetos se puede generar el llamado estrés ambiental, que suele tener sus causas no sólo en estos agentes materiales, sino también en estímulos sociales, con afectaciones en la salud física y mental. Los síntomas más frecuentes del estrés ambiental son la fatiga, la irritabilidad, la agresividad, la depresión y la confusión mental.
El diseño de ambientes.
La estimulación instigadora.
La definición de responsabilidades.
La modificación de conductas.
La educación ambiental.
Todo estos efectos como ya lo vimos crean un efecto en cada persona, la cual por sus actitudes crean un circulo social diferente, lo cual no es insignificante ya que es una gran causa del desarrollo de un país ya sea bueno, malo llegando a una guerra o el crecimiento económico del país
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un articulo sorprendente acertado, es el ambiente el que da forma al ser humano orden y caos forman la mente y por consecuencia de estos se actúa
ResponderEliminarQuien es el autor, por favor especificar eso, es importante y que sea el verdadero autor
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